domingo, 24 de mayo de 2009

De Cádiz a la estepa rusa


Sólo quedan unos días para poder disfrutar en Madrid de Carmen, uno de los mejores espectáculos de la temporada, que la bailaora Sara Baras ha subido a las tablas del Teatro Lope de Vega. La protagonista del clásico de Mérimée que inmortalizó Bizet inunda la Gran Vía con la fuerza de la gran Baras, una artista carismática, elegante, simpática en los espacios cortos, ingeniosa y muy curranta. Su torbellino y su fuerza la ha hecho ir más allá y además de interpretar el personaje de Carmen, la gaditana ha dirigido la obra y la ha coreografiado, además de firmar la escenografía, en la que destaca el acierto de las sillas y una pantalla con imágenes, y compartir también la creación de la iluminación y el vestuario. Todo un ejemplo de virtuosismo artístico.

La Carmen de Baras no decepciona; emociona en algunos momentos; seduce con sus volátiles movimientos, que aterrizan con estruendo en el escenario. El negro, el blanco y el rojo de la pasión española colorean la escena, en parte gracias al vistoso vestuario de Sybilla. La música de Paco de Lucía, Javier Ruibal o Joan Valent se entremezcla con los taconeos de Baras o reputados bailaores como José Serrano o Luis Ortega. A veces la historia se queda un poco inconexa para quien no haya visto o leído antes a Carmen, pero ahí está de nuevo Sara Baras, soberbia en todas sus intervenciones con un baile elegante y poderoso, con un majestuoso taconeo que endulza con un bello movimiento de brazos que hipnotiza a los espectadores, entregados a la causa, como no puede ser menos. Hasta el 30 de mayo, improrrogable.

Y también he estado viendo esta semana, una de las últimas funciones de otra obra que me ha parecido espléndida. El director Gerardo Vera, máximo responsable desde 2004 del Centro Dramático Nacional, ha programado y además dirigido una versión de Juan Mayorga de Platonov, de Antón Chéjov, obra que estuvo desaparecida durante años y una copia, sin título, apareció en los años veinte en una caja fuerte de un banco de Moscú y que versa sobre la caída de un hombre y sobre la extinción de un mundo.

El poderoso montaje, que hoy ha echado el telón en el Teatro María Guerrero, cuenta con un espléndido elenco de 19 actores encabezado por Pere Arquillué, en el papel de Platonov y la televisiva Carmen Machi, como su esposa, y donde también destaca sobremanera la actriz Mónica López, como Anna Petrovna, la generala. En sus casi tres horas de duración, este Chéjov, próximo en algunos aspectos al que tuve la oportunidad de ver en este mismo teatro el año pasado en Tío Vania, transmite muchas emociones: ternura, miedo, risa, odio, tristeza, alegría, amargura… y nos muestra una sociedad rusa en decadencia, un don Juan con tintes progres y unos valores que deambulan entre la amistad, el amor y el deber como patriota. Consulta la gira, quizás aún estás a tiempo de disfrutarla.

martes, 19 de mayo de 2009

Tenis y más tenis en San Isidro


Nada de toros. Nada de chotis. Nada de verbena. Nada de cocido madrileño, tortilla de patatas, barquillos o rosquillas de San Isidro, ya sean “listas” o “tontas”. Este año había que cambiar la pradera del santo patrón de Madrid por las pistas del nuevo Open de Tenis mixto, heredero del antiguo Masters. El Madrid Arena de la Casa de Campo dejaba paso a la flamante y espectacular Caja Mágica, esperamos que futura sede de tenis de los JJOO de Madrid 2016. El torneo no defraudó. Tenía entradas, como ya viene siendo habitual desde hace cinco o seis años, para las semifinales y final, aunque este año éstas se multiplicaban por dos, al jugar también las tenistas del circuito femenino (WTA). En total 6 partidos en dos días. Agotador, pero muy gratificante.

La nueva Caja impresiona, como decía en mi anterior post, sobre todo su pista central Manolo Santana donde caben 13.000 voces gritando y animando a Nadal. Porque sólo cuando el manacorí salió a la pista para jugar contra Djokovic (el sábado) o contra Federer (el domingo) las gradas estaban totalmente llenas. Lástima que España no tenga aún una afición al tenis como la de París o Londres, que llenan las pistas de sus torneos estrella sin necesidad de tener a un ídolo local entre los protagonistas del choque. Una pena ver la final femenina de la Nº1 del mundo Safina con un tercio de la pista llena, y los palcos desiertos, incluyendo el de las autoridades, que seguro preferían comer y beber gratis en el restaurante VIP. En fin…

Pero lejos de estos comentarios, o la crítica que hago a la organización del torneo por no dejar entrar comida (es decir, unos ‘míseros’ bocadillos que quedaban confiscados en las puertas) para luego ‘hacerse de oro’ cobrando perritos y hamburguesas a cinco euros (833 pesetas de las de antes), el fin de semana fue espléndido. El cielo lució su sol más radiante para iluminar la pista de tierra batida que estrenaba Madrid semanas antes de Roland Garros. Los espectadores llegaron ilusionados para ver gran tenis y los jugadores y jugadoras no defraudaron. Incluso nos regalaron una final masculina entre los dos mejores del mundo nunca vista antes en la capital de España. Lástima que como todos ya sabéis, Nadal no pudo alzarse con la victoria en la final del torneo, pero siempre no se puede ganar… Mención aparte tiene la semifinal del sábado entre el balear y Djokovic, que duró cuatro horas y que se resolvió “in extremis” en los minutos finales con una épica victoria de Nadal.

¡Qué grande es el buen tenis! ¡Qué gran fin de semana! A esperar al próximo año también en San Isidro. Ya tengo compradas las entradas.

domingo, 10 de mayo de 2009

Cobertura olímpica y Caja Mágica


Semana olímpica en Madrid la que termina hoy domingo, pero sin ningunos Juegos. Al menos no todavía. Habrá que esperar al próximo 2 de octubre en Copenhagen para ver si el Comité Olímpico Internacional (COI) se decide por nuestra ciudad, a la que a buen seguro no le faltan ni infraestructuras ni ganas para llevarlos a cabo en 2016. Los representantes del COI han estado toda la semana haciendo una evaluación de la capital española y parece ser, que han salido contentos. Pero bueno esa es otra historia… lo que quería hoy comentar en el blog son dos cosas que están relacionadas directa o indirectamente con los posibles Juegos de 2016 en Madrid.

La primera es que me gustaría resaltar el buen trabajo que he percibido esta semana de los medios de comunicación en referencia a informaciones escritas, gráficas o audiovisuales en torno a la candidatura olímpica de Madrid. Más allá de que el tema pueda ser interesante para vender más periódicos o consumir más minutos de televisión o Internet (que no estoy del todo seguro) o que las autoridades “fomenten” esa información en los grandes grupos de comunicación (tampoco lo sé con seguridad), la verdad es que he constatado que el trabajo de los periodistas ha sido excelente. Y quiero resaltar entre todos a dos medios que no son ni autonómicos o locales, ni deportivos: el diario La Gaceta de Los Negocios, que realizó el martes 5 de mayo un fantástico especial de 32 páginas sobre la candidatura, la ciudad, las instalaciones, la historia de los JJOO, etc… y por otro el diario El Mundo, que realizó una gran cobertura de la visita durante toda la semana con varias páginas con interesantes gráficos e infografías en su suplemento M2.

El segundo tema del que quería hablar es de La Caja Mágica de Madrid, el nuevo Centro Olímpico de Tenis de la ciudad del Manzanares, que aspira a convertirse en el recinto que acoja las competiciones tenísticas de los JJOO de Madrid 2016. Se trata de un nuevo macro complejo deportivo y de ocio de más de 80.000 m², obra del arquitecto francés Dominique Perrault, que fue inaugurado oficialmente la semana pasada por Zapatero, Aguirre y Gallardón, y anteayer viernes para todos los públicos con el inicio del Open de Tenis de Madrid y un concierto del cantante norteamericano Lenni Kravitz.

Tuve la oportunidad de asistir a esa inauguración oficial el pasado jueves 30 de abril y tengo que decir que salí maravillado de las instalaciones. Para un gran fan del tenis como yo, que asisto cada año al Masters Series de Madrid (ahora Open), que sigo los grandes torneos por la tele, y que además viajé hace unos años a Roland Garros a ver la primera final en París entre Nadal-Federer, tener un complejo dedicado a la raqueta en Madrid de esta envergadura, me produce una gran satisfacción.

Un complejo que cuenta con 11 pistas cubiertas y 16 pistas exteriores para la práctica del tenis. Los tres estadios principales, con aforo para 12.500, 3.500 y 2.500 espectadores, suponen un importante hito constructivo, ya que disponen de cubiertas móviles que pueden elevarse o desplazarse lateralmente según las necesidades y las inclemencias meteorológicas de cada momento. Por poner alguna pega, hay que decir que me pareció todo demasiado frío, sin vida, sin cuerpo, sin corazón. Ahora está sólo la carcasa, el esqueleto, la obra faraónica, y habrá que llenarlo poco a poco de vida, ruido, color,… En fin, que los visitantes del COI se habrán quedado tan impresionados como yo de las instalaciones, que podré disfrutar esta misma semana con el Mutua Madrileña Open Madrid. Hace tiempo que tengo entradas para ir con mis amigos Jaime y Jorge a las semis y las finales masculina y femenina. ¡Ya os contaré!

martes, 5 de mayo de 2009

Un puente para el mejor teatro


El pasado miércoles asistí a la última representación de The Bridge Project, una iniciativa que ha traído por unos días al Teatro Español de Madrid a un equipo de actores británicos y americanos (algunos de ellos estrellas de Hollywood) dirigidos por el oscarizado Sam Mendes. Me aventuré y pude comprar una entrada, antes de que se agotaran, para la segunda de las obras representadas: The Winter’s Tale (Cuento de Invierno).

Se trata de la última obra que escribió Shakespeare. En ella se cuenta la historia de Leontes, rey de Sicilia, quien cree que su esposa, Hermione, y su mejor amigo, Polixilenes, rey de Bohemia, tienen un idilio. A pesar de las súplicas de la reina, que insiste en su inocencia, y de no tener evidencias previas, el Rey se deja llevar por los celos y destruye a su familia. La historia se desarrolla en dos partes diferenciadas: una en Sicilia, más dialogada, sentida y triste, representada por los actores británicos del elenco como Russell Beale o Rebecca Hall, y otra en Bohemia, más musical, colorida y alegre, representada por los actores americanos como Ehan Hawke o Richard Easton. El diferente acento inglés delata la procedencia de cada actor. Sin embargo, reconozco que sin los sobretítulos en español, me hubiera costado muchísimo seguir la obra. Tendré que estudiar más inglés por si The Bridge Project vuelve el año próximo a Madrid.

El montaje de Mendes (director de pelis como American Beauty, Camino a la perdición o Revolutionary Road) me pareció exquisito. Igual que ese sabor ni dulce ni salado de un buen manjar que te entra por el paladar y que disfrutas en cada bocado. Los actores, sólidos en sus personajes, delatan en sus interpretaciones: experiencia, carisma, entusiasmo, entrega, empuje, derroche… ¡qué fácil es ver una obra de teatro así! Una buena historia, bien escrita, que perdura en el tiempo, un gran director, un buen montaje con rigor y sin excesos, unos actores magníficos, un público entregado desde el primer hasta el último minuto.

Y todo fue magia en el último día en España de esta troupe que inició su viaje en Nueva York y tras alguna ciudad más, recalará en el Teatro Old Vic de Londres que dirige Kevin Spacey. Por cierto que las estrellas no sólo estaban sobre las tablas. En el patio de butacas también había caras conocidas, como la flamante ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, sus antecesoras en la presidencia de la Academia, Mercedes Sampietro y Marisa Paredes, Miguel Rellán, Rosa María Mateo, Lucía Jiménez, algún presentador de la tele,… nadie quería perderse este Shakespeare enamorado con más sabor anglosajón que nunca. Afortunadamente, me alegro de no habérmelo perdido. Gran velada teatral.