jueves, 19 de febrero de 2009

Arte contemporáneo en Madrid

El domingo estuve en la penúltima jornada de la 28º edición de la Feria Internacional de Arte Contemporáneo, más conocida como ARCO, que se presentaba este curso como una gran incógnita. En un año donde la palabra crisis es la más utilizada por todos, la feria de arte llegaba con menos galerías que la pasada edición y con menos previsiones de negocio. Sin embargo parece que al final, según han dicho los organizadores, las cifras finales de venta y asistencia no han sido malas. Ahora bien, quiero afirmar rotundamente que el público en general no debería pagar 32 euros por entrar a esta feria de arte. Me parece una barbaridad, pero en fin.

En el ámbito puramente artístico, la colección de este año me ha parecido más previsible y menos iconoclasta que la del 2008. La verdad es que me ha gustado, y he disfrutado mucho con algunas creaciones muy destacadas, pero eché en falta otras sensaciones que no he percibido en esta ocasión.

Una de las galerías que más me agradó en su conjunto fue la austriaca, Mario Mauroner Contemporary Art, y la veterana Marlborough Gallery, que apostó sobre seguro con alguna obra de Francis Bacon y Manolo Valdés presidiendo el stand.

Me llamó mucho la atención la artista Marina Abramovic con unas impactantes fotografías de niñas y adolescentes portando armas de fuego, expuestas en la galería luxemburguesa, Beamountpublic. También lo hizo el autor Javier Arce, que expuso en ARCO dos obras, ambas en papel estrujado, una inspirada en la obra El grito de Munch y expuesta en el stand de la galería Max Estrella, y la otra, una visión personal de la Capilla Sixtina, que constituía íntegramente el stand institucional del Gobierno de Cantabria en la feria.

Aunque no recuerdo ni el autor ni la galería (¡qué mala memoria la mía!), me pareció, al menos, bastante curiosa, una creación artística en la que tenías que usar una especie de gafas de dos colores, y según por el color que miraras, la obra era una u otra bien distinta. También suscitó mi interés un montaje de dos ventiladores enfrentados que mantenían con el aire una especie de cinta en medio, que no paraba de moverse, pero que no caía en ningún momento. Y por último mi retina también recuerda una creación creada en una caja y compuesta por varios mini monitores de televisión y espejos, cuyo resultado creaba una sensación óptica bastante peculiar.

Por último tengo que decir que me dejaron bastante indiferente las obras del país invitado: India. A partir del próximo año será sólo una ciudad, en lugar de un país entero, el invitado de honor. En este caso en 2010 será la mega urbe estadounidense de Los Ángeles. A ver qué nos traen desde el Pacífico.

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