jueves, 26 de febrero de 2009

¿Quién dijo que estamos ya en Cuaresma?

Esta semana don Carnal y doña Cuaresma se dan la mano. Escribo estas palabras en la madrugada del jueves. Hace tan sólo hora y media que el Miércoles de Ceniza ha servido de puente entre el Entierro de la Sardina (que pone oficialmente fin al Carnaval) y el comienzo de los 40 días de preparación para la Pascua según el calendario cristiano. Sin embargo, desde que tengo noción de mi existencia, recuerdo que las fiestas en honor a don Carnal duran al menos un par de días más hasta llegar a la Piñata.

Soy natural de Tenerife. El carnaval corre por mis venas, probablemente desde que nací, porque mis padres siempre ha sido muy carnavaleros. Me he enfundado infinidad de disfraces distintos en todos los años que he disfrutado de la fiesta. Algunos los heredaba de mi familia. Otros me los hacía una costurera a la que se lo encargábamos semanas atrás. Me vienen ahora a la cabeza alguno de ellos: pitufo, oso, indio, ficha de dominó, hawaiana, semáforo, enfermera, escarabajo, prostituta, moro, Blancanieves, hombre misterioso, del espacio, payaso,… y tantos otros. El carnaval en mi isla, y concretamente en la capital, Santa Cruz de Tenerife, se vive de forma espectacular. “No se puede contar con palabras”, dicen algunos, “hay que vivirlos”. ¡Cuánta razón tienen!

Calles, plazas, callejones, rincones. Todo es fiesta y carnaval en Santa Cruz durante algo más de una semana, desde que el viernes de la Cabalgata anunciadora hasta el domingo de piñata de madrugada, este domingo que viene. Y eso en la calle, porque los concursos y galas empiezan semanas atrás, y los preparativos de coreografías, ensayos y vestuario de murgas, comparsas, rondallas y candidatas a Reina del Carnaval se suceden varios meses antes. Hay quien vive casi todo el año con un ojo puesto en los Carnavales.

Este año, Santa Cruz repite el "Carnaval de día" que en 2008, en su primera edición tan buen resultado dio en la ciudad chicharrera. Desde las 12 del mediodía hasta las 4 de la tarde del domingo de Piñata, distintas plazas de la capital se llenarán de música en directo para mover el esqueleto, desde Alex Ubago o Beatriz Luengo, hasta la archifamosa orquesta venezolana Billos Caracas Boys o la mismísima estrella internacional Craig David. Muchos empalmarán la larguísima noche del viernes, y otros se levantarán para la ocasión y seguirán de fiesta hasta bien entrada la noche. Muchas familias irán con niños, porque el luminoso día trae más confianza que la oscura noche. Huele a éxito asegurado. Tengo que darle la enhorabuena a mi amigo Ángel Llanos, primer teniente de alcalde y gran impulsador de estas nuevas iniciativas del Carnaval, junto a su equipo en la Concejalía de Fiestas.

Otra de estas iniciativas fue la que tuvo lugar el pasado lunes de carnaval donde a las 9 de la noche la ciudad se ‘apagó’ por completo para vivir unas largas horas a ritmo de los mejores DJ’s del momento (Santa Cruz Dance), como Dj Craze, el artista de esta disciplina con mayor número de premios en estos momentos en el mundo. Unas 40.000 personas no pararon de bailar abarrotando la plaza de La Candelaria y sus alrededores. 50.000 watios de sonido y 135.000 de iluminación. Todo vale en Carnaval, siempre que sea con diversión y buen rollo.

Ya sabes, olvida por unos días la Cuarema, todavía estás a tiempo de pillar un avión este próximo fin de semana, plantarte en Tenerife y disfrutar del mejor carnaval del mundo. Y que quede claro: es el mejor para mí, que no el más grandioso o espectacular, por un motivo fundamental. En Río de Janeiro mueren asesinadas cada año en Carnavales en torno a 80 personas. En los de Tenerife, nadie. Borracheras todas, muertes, ninguna. Por eso, por muy espectacular, grandioso y grandilocuente que sea el Carnaval de Río, el ‘mejor’ es el de mi querida isla, porque la palabra mejor, según la RAE, es ser preferible o más conveniente, y ustedes me perdonen, ni prefiero ni me conviene, que mi preciada vida se pueda extinguir en unos Carnavales en manos de unos desaprensivos.

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